Está lloviendo y la lluvia, con esa cadencia tan monótona y nostálgica,
me ha recordado a Tales y la anécdota que cuenta el historiador de la filosofía e ingeniero, Lucianno Crescendo, en su obra "Los filósofos presocráticos". Crescendo fue uno de los historiadores con los que me inicié en esto de la filosofía. Fue lectura de bachillerato, el libro nos lo pasabamos furtivamente entre los colegas de la pandilla, como quien se pasa un tesoro que no quiere compartir con otros, y eso era, y es, porque se trata de un libro con el que uno de descojona a gusto con la vida y las ideas de los filósofos. Cuenta Crescendo que cuando era estudiante como nosotros y estudiaba la asignatura de filosofía, inevitablemente (esto es una condición de la adolescencia) tendía a hacer resúmenes de los resúmenes, para colmo usando un texto que circulaba entre los estudiantes, que era a su vez un resumen de los manuales a uso. Pues después del proceso menguante del resumen del resumen, se descubrió a sí mismo estudiando un esquema de los pensadores presocráticos que decía "Tales, el del agua".
Busto atribuido a Tales de Mileto |
La verdad es que el resumen de Crescendo no puede ser más cabal ya que sobre Tales se sabe poco o nada historiográficamente y lo único que se podría afirmar con cierta autoridad es precisamente eso, "Tales, el del agua". Y ni siquiera el del agua por que nunca se mencionó ese elemento.
A Tales se le considera el "santo patrón" de la filosofía o, si quieren ustedes , su "socio fundador" ya que no hay registro escrito de filósofos anteriores. Bueno, eso es discutible por varias razones, primero porque pensar se ha pensado siempre y por otra parte, los doxógrafos ( o los "cotillas" de la historia, sobre todo de la historia de la filosofía) han contado que Tales viajó por el entonces mundo conocido y aprendió de otros, anónimos "filósofos" que le proporcionaron una serie de herramientas que parece que utilizó para describir el mundo, sobre todo sacerdotes egipcios, aunque hay quien dice que también caldeos. La fuente doxográfica de la que hablo es, claro está, Diógenes Laercio, una especie de Jesús Mariñas de la antigüedad romana, que cuenta esto desde una distancia histórica de casi medio siglo, por lo que su testimonio deja mucho que desear.
A Tales se le clasifica dentro de los presocráticos como monista materialista y, como todas las clasificaciones, ésta resulta inadecuada y reduccionista. Los pensadores presocráticos son un auténtico puzzle o mosaico de ideas, teorías y propuestas, sin embargo, parece que todos tienen en común una serie de intenciones, por ejemplo, todos tratan de entender y describir la realidad con argumentos moderadamente racionales, aunque no exentos de ciertos contenidos mitológicos. Para los presocráticos, en bloque, la naturaleza o "physis" sufre un proceso de cambio o corrupción, denominado "dynamis", que también se traduce por "movimiento". El movimiento o cambio de la naturaleza se manifiesta al ser humano como "apariencia", algo que por su carácter cambiante nos impide que podamos conocerlo. Pues bien, para los presocráticos, esa naturaleza cambiante posee un "principio" que subyace y se mantiene bajo la "apariencia" con que se manifiesta como fenómeno. A ese "principio" lo denominan "argé" (que también se traduce como "principio". Cada presocrático tiene su personal opinión sobre qué es el "argé" de la "physis" y cómo se desarrolla la "dynamis", y la herramienta que permite elaborar esas opiniones es la "razón" o "logos". De esta manera, los historiadores han desarrollado una tabla clasificatoria que va más o menos así:
Monistas: un sólo "argé"
Pluralistas: dos o más "argés"
Materialistas: "argé" material.
Racionalistas: "argé" inmanente a lo material pero sólo concebible a través de la razón o "logos".
Tales, según Aristóteles y Diógenes Laercio, estaría dentro del monismo materialista, ya que determina que la "physis" o naturaleza, tiene como elemento radical, esto significa que la más íntima esencia o raíz a la que se remite, es un único elemento material que, cita Aristóteles, es "el agua o lo húmedo", mientras que Diógenes Laercio cita, es "el agua". Para andar por casa se dice que el agua, pero los profesores más serios nos quedamos con lo húmedo.
La verdad es que no se sabe si Tales dijo lo uno o lo otro porque apenas existen escritos suyos. De Tales tenemos un brevísimo fragmento, propio de él, o eso dicen los especialistas y dos fuentes procedente de terceros que cuentan cosas sobre su filosofía y su vida. El aval de sus ideas es, nada menos, que Aristóteles, que al inicio de su obra "Metafísica" habla de los "físicos" (los que estudiaron la "physis"), refiriéndose a una parte de los pensadores presocráticos, sobre todo materialistas, que son presentados como un antecedente de su propio materialismo aristotélico, entre ellos el bueno de Tales.
Así lo cuenta Aristóteles:
"La mayor parte de los primeros que filosofaron, no consideraron los principios de todas las cosas, sino bajo el punto de vista de la materia. Aquello de donde salen todos los seres, de donde proviene todo lo que se produce, y adonde va a parar toda destrucción, persistiendo la sustancia la misma bajo sus diversas modificaciones, he aquí, según ellos, el elemento, he aquí el principio de los seres."
"Tales, fundador de esta filosofía, considera el agua como primer principio. Por esto llega hasta pretender, que la tierra descansa en el agua; y se vio probablemente conducido a esta idea, porque observaba que la humedad alimenta todas las cosas, que lo caliente mismo procede de ella, y que todo animal vive de la humedad; y aquello de donde viene todo, es claro, que es el principio de todas las cosas. Otra observación le condujo también a esta opinión. Las semillas de todas las cosas son húmedas por naturaleza; y el agua es el principio de las cosas húmedas."
Aristóteles incluso saca a relucir la conexión mitológica:
"Algunos creen, que los hombres de los más remotos tiempos, y con ellos los primeros teólogos muy anteriores a nuestra época, se figuraron la naturaleza de la misma manera que Tales. Han presentado como autores del universo el Océano y a Tetis, y los dioses, según ellos, juran por el agua, por esa agua que los poetas llaman el Stigio. Porque lo más antiguo que existe es igualmente lo que hay de más sagrado; y lo más sagrado que hay es el juramento. ¿Hay en esta antigua opinión una explicación de la naturaleza? No es cosa que se vea claramente. Tal fue, sin embargo, por lo que se dice, la doctrina de Tales sobre la primera causa."
(todos los fragmentos de Aristóteles extraidos de "Metafísica", libro primero, Α, 980a-993a, Editorial Gredos)
A Tales se le considera el "santo patrón" de la filosofía o, si quieren ustedes , su "socio fundador" ya que no hay registro escrito de filósofos anteriores. Bueno, eso es discutible por varias razones, primero porque pensar se ha pensado siempre y por otra parte, los doxógrafos ( o los "cotillas" de la historia, sobre todo de la historia de la filosofía) han contado que Tales viajó por el entonces mundo conocido y aprendió de otros, anónimos "filósofos" que le proporcionaron una serie de herramientas que parece que utilizó para describir el mundo, sobre todo sacerdotes egipcios, aunque hay quien dice que también caldeos. La fuente doxográfica de la que hablo es, claro está, Diógenes Laercio, una especie de Jesús Mariñas de la antigüedad romana, que cuenta esto desde una distancia histórica de casi medio siglo, por lo que su testimonio deja mucho que desear.
A Tales se le clasifica dentro de los presocráticos como monista materialista y, como todas las clasificaciones, ésta resulta inadecuada y reduccionista. Los pensadores presocráticos son un auténtico puzzle o mosaico de ideas, teorías y propuestas, sin embargo, parece que todos tienen en común una serie de intenciones, por ejemplo, todos tratan de entender y describir la realidad con argumentos moderadamente racionales, aunque no exentos de ciertos contenidos mitológicos. Para los presocráticos, en bloque, la naturaleza o "physis" sufre un proceso de cambio o corrupción, denominado "dynamis", que también se traduce por "movimiento". El movimiento o cambio de la naturaleza se manifiesta al ser humano como "apariencia", algo que por su carácter cambiante nos impide que podamos conocerlo. Pues bien, para los presocráticos, esa naturaleza cambiante posee un "principio" que subyace y se mantiene bajo la "apariencia" con que se manifiesta como fenómeno. A ese "principio" lo denominan "argé" (que también se traduce como "principio". Cada presocrático tiene su personal opinión sobre qué es el "argé" de la "physis" y cómo se desarrolla la "dynamis", y la herramienta que permite elaborar esas opiniones es la "razón" o "logos". De esta manera, los historiadores han desarrollado una tabla clasificatoria que va más o menos así:
Monistas: un sólo "argé"
Pluralistas: dos o más "argés"
Materialistas: "argé" material.
Racionalistas: "argé" inmanente a lo material pero sólo concebible a través de la razón o "logos".
Tales, según Aristóteles y Diógenes Laercio, estaría dentro del monismo materialista, ya que determina que la "physis" o naturaleza, tiene como elemento radical, esto significa que la más íntima esencia o raíz a la que se remite, es un único elemento material que, cita Aristóteles, es "el agua o lo húmedo", mientras que Diógenes Laercio cita, es "el agua". Para andar por casa se dice que el agua, pero los profesores más serios nos quedamos con lo húmedo.
La verdad es que no se sabe si Tales dijo lo uno o lo otro porque apenas existen escritos suyos. De Tales tenemos un brevísimo fragmento, propio de él, o eso dicen los especialistas y dos fuentes procedente de terceros que cuentan cosas sobre su filosofía y su vida. El aval de sus ideas es, nada menos, que Aristóteles, que al inicio de su obra "Metafísica" habla de los "físicos" (los que estudiaron la "physis"), refiriéndose a una parte de los pensadores presocráticos, sobre todo materialistas, que son presentados como un antecedente de su propio materialismo aristotélico, entre ellos el bueno de Tales.
Así lo cuenta Aristóteles:
"La mayor parte de los primeros que filosofaron, no consideraron los principios de todas las cosas, sino bajo el punto de vista de la materia. Aquello de donde salen todos los seres, de donde proviene todo lo que se produce, y adonde va a parar toda destrucción, persistiendo la sustancia la misma bajo sus diversas modificaciones, he aquí, según ellos, el elemento, he aquí el principio de los seres."
"Tales, fundador de esta filosofía, considera el agua como primer principio. Por esto llega hasta pretender, que la tierra descansa en el agua; y se vio probablemente conducido a esta idea, porque observaba que la humedad alimenta todas las cosas, que lo caliente mismo procede de ella, y que todo animal vive de la humedad; y aquello de donde viene todo, es claro, que es el principio de todas las cosas. Otra observación le condujo también a esta opinión. Las semillas de todas las cosas son húmedas por naturaleza; y el agua es el principio de las cosas húmedas."
Aristóteles incluso saca a relucir la conexión mitológica:
"Algunos creen, que los hombres de los más remotos tiempos, y con ellos los primeros teólogos muy anteriores a nuestra época, se figuraron la naturaleza de la misma manera que Tales. Han presentado como autores del universo el Océano y a Tetis, y los dioses, según ellos, juran por el agua, por esa agua que los poetas llaman el Stigio. Porque lo más antiguo que existe es igualmente lo que hay de más sagrado; y lo más sagrado que hay es el juramento. ¿Hay en esta antigua opinión una explicación de la naturaleza? No es cosa que se vea claramente. Tal fue, sin embargo, por lo que se dice, la doctrina de Tales sobre la primera causa."
(todos los fragmentos de Aristóteles extraidos de "Metafísica", libro primero, Α, 980a-993a, Editorial Gredos)
Sobre el fragmento de Tales, este no puede ser más críptico, incompleto y descontextualizado, por lo que hacer interpretación de sus palabras no sólo es atrevido sino peligroso, lo que significa que su abanico hermenéutico es lo suficientemente amplio como para manipularlo. El fragmento dice textualmente:
"Todo está lleno de dioses"
("Fragmentos presocráticos", trad. Alberto Bernabé, Alianza Editorial)
A mí me recuerda a una de las últimas frases que dice el mítico
astronauta de la película de Stanley Kubrick "2001, una odisea en el espacio", ya saben, el astronauta Bowmann dice:
"Todo está lleno de estrellas"
Aquí la clave está en el término "dioses". Hay que ir a la versión griega
original para ver de que se trata ya que, en una primera interpretación literal, caemos en la tentación de declarar un politeísmo inmanente en el mundo natural, lo que no supondría un cambio demasiado significativo conforme a las explicaciones de la cultura griega arcaica, donde el mito narrativo es la principal vía explicativa. No es de extrañar la posición del especialista alemán Werner Jaeger (nada que ver con Mick) que catalogó a estos pensadores, sobre todo los primeros presocrático, como "teólogos de la naturaleza", contribuyendo a la confusión interpretativa.
El astronauta Bowmann |
Cómo traducir "dioses" o "dios" es importante y si empleamos la voz "Theos", de donde deriva el término "Dios", con su significado original griego, la cuestión cambia sustancialmente y nunca mejor dicho. Traduciremos "Theos" como "principio", que es el uso lingüístico que le da Aristóteles al término que, curiosamente, siglos más tarde va a adoptar del uso milesio (¿copia, plagio? en la historia de las ideas no hay nada nuevo bajo el sol). Podríamos entender entonces que:
"Todo está lleno de principios"
¿Y qué interpretamos? algo mucho más racional y cualitativamente más científico que las valoraciones mitológicas. Estaríamos ante un juicio puramente elaborado por la razón y sin influencias teológicas; Tales vendría a admitir que todos los elementos del mundo natural contienen en sí mismos unos principios rectores que, por organizativos, tienen que ser forzosamente racionales, y dado que se encuentran ya en la naturaleza, el ser humano racional puede conocer a esta. Esto tiene otras consecuencias epistemológicas. La naturaleza contiene la razón y es la razón al mismo tiempo y la única actividad racional humana consistiría en "sacar esa razón de la naturaleza", lo que Aristóteles describirá como el proceso de abstracción en el que el sujeto percibe la formas en las cosas.
Al mismo tiempo todo ente natural tendría su razón última en un elemento natural y material, que sería el "agua" o lo "húmedo".
Pero no nos podemos detener ahí, porque sobre Tales se saben más cosas desde la doxografía que desde la historiografía. Y los doxógrafos no sólo cuentan anécdotas de su vida, que son bien jocosas, sino cuestiones científicas que, por su carácter atributivo, rayan lo apócrifo.
Ya la confusión comienza con su origen que se dice era fenicio, el caso es que sería fenicio de madre pero griego de padre, por lo que consiguió la ciudadanía milesia sin estrictamente serlo. También se dice que fue funcionario público o lo más parecido a lo que se daba en la época y que dejó la función pública para dedicarse al estudio de la naturaleza, todo un modelo filosófico. Fue requerido como consejero y embajador para detener la guerra entre Ciro y Mileto, consiguiéndolo. Sus primeras investigaciones parece ser que fueron sobre astronomía y se le atribuyen logros como determinar la trayectoria del Sol sobre los trópicos y la comparación de las magnitudes entre el Sol y la Luna. Se le atribuye la invención de los meses del año y del cálculo astronómico del año de 375 días, si, han leído bien, 375. También se cuenta que fue autodidácta, aunque viajó Egipto y allí fue formado por los sacerdotes egipcios; precisamente fue allí donde se dice que logró medir la altura de la gran pirámide de Keops observando la sombra que esta proyectaba. Tal vez allí adquirió esa apasionada idea que dice que todo es agua, en una cultura como la egipcia que aprecia el agua como elemento motor de toda vida.
Una de las ideas matemáticas más básicas y famosas es el famoso
"teorema de Tales" que, en realidad son dos,
El primero dice:
"Si en un triángulo se traza una línea paralela a cualquiera de sus lados, se obtiene un triángulo que es semejante al triángulo dado."
El segundo dice:
"Sea B un punto de la circunferencia de diámetro AC, distinto de A y de C. Entonces el triángulo ABC, es un triángulo rectángulo."
Se le atribuye también un primer modelo cosmológico, es decir, una
construcción intelectual que describe el universo. A juicio de Tales, el universo sería finito y esférico y en su centro estaría la tierra flotando en agua, claro está, girando la Luna y el Sol en torno a estas.
Su nombre figura en la famosa lista de "Los siete sabios" de Grecia, cada uno con su máxima, son Cleóbulo de Lindos "la moderación es lo mejor", Solón de Atenas "nada con exceso", Quilón de Esparta "no desees lo imposible", Bías de Priene "la mayoría de los hombres son malos", Pítaco de Mitilene "debes saber escoger la oportunidad", Periandro de Corinto "se previsor con todas las cosas" y finalmente Tales de Mileto "en la confianza está el peligro".
Sobre la existencia del alma parece que se le atribuye la afirmación sobre su inmortalidad, al menos pública y laicamente, ya que la inmortalidad del alma es un concepto anterior a las opiniones griegas del siglo VI a.C.
Se dice que se casó y tuvo un hijo, también que fue célibe y adoptó a su sobrino, que no concibió hijo por "lo mucho que deseaba tenerlos". El casamiento de Tales parece que fue la obsesión de su madre y cada vez que ella se lo recordaba, éste le decía "es demasiado pronto". Con el paso del tiempo terminó por decirle "es demasiado tarde".
¿Servía la filosofía de Tales para algo? pues parece que sí, ya que demostró
que podía enriquecerse a través de la observación de la naturaleza y predijo una espectacular cosecha de aceitunas, por lo que arrendó un buen número de olivares para luego vender el aceite. También está la famosa anécdota de la caída en la zanja mientras veía las estrellas y el consiguiente comentario de una anciana que lo asistió en su caída.
Vamos a lo luctuoso. Se le atribuye la siguiente sentencia "entre la vida y la muerte no hay diferencia alguna", a lo que un interlocutor anónimo le interpone "pues entonces ¿por qué no te mueres?", y Tales responde, "porque no hay diferencia". Sin embargo se murió y de una manera caprichosamente triste y llamativa, parece que durante la LVIII olimpiada fue a contemplar unos juegos gimnásticos, muriendo en la grada de calor, sed y la debilidad propia de la vejez. Cuando los espectadores despejaron los asientos, lo encontraron muerto.
¿Era Tales tan materialista como decía Aristóteles? Es atrevido afirmar lo que dice Aristóteles, despreciando lo que dice la doxografía, ya que podemos comprobar que, por lo que "han dicho que dijo que dijo", su sabiduría trasciende el único objetivo e intención de describir exclusivamente la naturaleza y sus procesos de cambio. Un sabio, un filósofo, debe tener un horizonte más amplio y eso, además del conocimiento abstracto, incluye la filosofía práctica y la ética. No es cierto que los pensadores presocráticos, Tales incluido, no hicieran filosofía práctica ya que la mayoría de ellos fueron consejeros políticos además de científicos.
Al mismo tiempo todo ente natural tendría su razón última en un elemento natural y material, que sería el "agua" o lo "húmedo".
Pero no nos podemos detener ahí, porque sobre Tales se saben más cosas desde la doxografía que desde la historiografía. Y los doxógrafos no sólo cuentan anécdotas de su vida, que son bien jocosas, sino cuestiones científicas que, por su carácter atributivo, rayan lo apócrifo.
Ya la confusión comienza con su origen que se dice era fenicio, el caso es que sería fenicio de madre pero griego de padre, por lo que consiguió la ciudadanía milesia sin estrictamente serlo. También se dice que fue funcionario público o lo más parecido a lo que se daba en la época y que dejó la función pública para dedicarse al estudio de la naturaleza, todo un modelo filosófico. Fue requerido como consejero y embajador para detener la guerra entre Ciro y Mileto, consiguiéndolo. Sus primeras investigaciones parece ser que fueron sobre astronomía y se le atribuyen logros como determinar la trayectoria del Sol sobre los trópicos y la comparación de las magnitudes entre el Sol y la Luna. Se le atribuye la invención de los meses del año y del cálculo astronómico del año de 375 días, si, han leído bien, 375. También se cuenta que fue autodidácta, aunque viajó Egipto y allí fue formado por los sacerdotes egipcios; precisamente fue allí donde se dice que logró medir la altura de la gran pirámide de Keops observando la sombra que esta proyectaba. Tal vez allí adquirió esa apasionada idea que dice que todo es agua, en una cultura como la egipcia que aprecia el agua como elemento motor de toda vida.
Una de las ideas matemáticas más básicas y famosas es el famoso
Tales, padre de la geometria |
El primero dice:
"Si en un triángulo se traza una línea paralela a cualquiera de sus lados, se obtiene un triángulo que es semejante al triángulo dado."
El segundo dice:
"Sea B un punto de la circunferencia de diámetro AC, distinto de A y de C. Entonces el triángulo ABC, es un triángulo rectángulo."
Se le atribuye también un primer modelo cosmológico, es decir, una
Modelo cosmológico de Tales |
Su nombre figura en la famosa lista de "Los siete sabios" de Grecia, cada uno con su máxima, son Cleóbulo de Lindos "la moderación es lo mejor", Solón de Atenas "nada con exceso", Quilón de Esparta "no desees lo imposible", Bías de Priene "la mayoría de los hombres son malos", Pítaco de Mitilene "debes saber escoger la oportunidad", Periandro de Corinto "se previsor con todas las cosas" y finalmente Tales de Mileto "en la confianza está el peligro".
Sobre la existencia del alma parece que se le atribuye la afirmación sobre su inmortalidad, al menos pública y laicamente, ya que la inmortalidad del alma es un concepto anterior a las opiniones griegas del siglo VI a.C.
Se dice que se casó y tuvo un hijo, también que fue célibe y adoptó a su sobrino, que no concibió hijo por "lo mucho que deseaba tenerlos". El casamiento de Tales parece que fue la obsesión de su madre y cada vez que ella se lo recordaba, éste le decía "es demasiado pronto". Con el paso del tiempo terminó por decirle "es demasiado tarde".
¿Servía la filosofía de Tales para algo? pues parece que sí, ya que demostró
De cabeza al pozo |
Vamos a lo luctuoso. Se le atribuye la siguiente sentencia "entre la vida y la muerte no hay diferencia alguna", a lo que un interlocutor anónimo le interpone "pues entonces ¿por qué no te mueres?", y Tales responde, "porque no hay diferencia". Sin embargo se murió y de una manera caprichosamente triste y llamativa, parece que durante la LVIII olimpiada fue a contemplar unos juegos gimnásticos, muriendo en la grada de calor, sed y la debilidad propia de la vejez. Cuando los espectadores despejaron los asientos, lo encontraron muerto.
¿Era Tales tan materialista como decía Aristóteles? Es atrevido afirmar lo que dice Aristóteles, despreciando lo que dice la doxografía, ya que podemos comprobar que, por lo que "han dicho que dijo que dijo", su sabiduría trasciende el único objetivo e intención de describir exclusivamente la naturaleza y sus procesos de cambio. Un sabio, un filósofo, debe tener un horizonte más amplio y eso, además del conocimiento abstracto, incluye la filosofía práctica y la ética. No es cierto que los pensadores presocráticos, Tales incluido, no hicieran filosofía práctica ya que la mayoría de ellos fueron consejeros políticos además de científicos.
interesante
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